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Ser padre o madre con discapacidad

Ser padre o madre con discapacidad

Ser padre o madre ya es una tarea exigente, pero ser padre o madre con discapacidad, con todas las barreras adicionales que ello supone, es aún más difícil. Sin embargo, muchos padres y madres con discapacidad muestran una increíble resiliencia, adaptando sus métodos de crianza y creando entornos amorosos y seguros para sus hijos

Fabiola sufrió un accidente de tráfico que le causó una lesión medular, por lo que desde entonces necesita una silla de ruedas para desplazarse. ¿Cómo fue la decisión de ser madre teniendo discapacidad?
Pues al principio yo tenía claro que yo quería ser madre, pero claro, a la incertidumbre de ser madre, pues se une ser madre con movilidad reducida, o sea, quiere decir que te las tienes que ingeniar para ver cómo la voy a coger, cómo la voy a sacar de la cuna, cómo la voy a vestir, dónde… un montón de dudas que te surgen en esta situación.

¿Cómo resolviste estas dudas?

Pues buscando mucha información Hay que buscar productos y mirar lugares accesibles que vayan bien para que yo, con mi silla, pueda acercarme al sitio lo más posible, para poder llevar a cabo estas tareas de maternidad. Encontré productos que me ayudaban, como bañeras adaptadas, ya que un bebé es muy delicado y acciones como bañarla o cambiarla siempre te da un poco de cosa, de miedo, ¿no?

¿Qué tal fue el embarazo y el parto?

El embarazo fue bastante rápido pero hubo mucho más control por parte de los médicos. En cuanto al parto me hicieron la cesárea porque no sabían cómo iba a responder a un parto natural, aunque bueno, luego he tenido compañeras con la misma lesión que han tenido partos naturales… pero bueno, al final, en mi caso, por asegurar, decidimos entre todos, padres y doctores, que mejor cesárea programada. Salió todo bien, le di lactancia materna durante tres años y bien.

¿Cómo fue una vez que tuviste a tu hija en casa?

Los inicios fueron duros ya que un bebé siempre necesita a su madre al principio, pero bueno, luego ya ella se acostumbró a mí… Cuando empezó a caminar era todo más fácil porque se subía, se bajaba, solo la tenía que ayudar empujándola un poquito y ya está, ella subía a la trona, se subía a todos los sitios sin mi ayuda. Ahora ya tiene 12 años y es ella la que me ayuda a mí, tanto a subirme al coche como en casa me ayuda, lo que yo le pida…  Tampoco es que se ponga a ella a hacer cosas sin que yo le diga, pero bueno, me ayuda bastante la verdad.